Los ladrones, según afirma el párroco Borja Pérez, ocasionaron numerosos destrozos, derribaron la estructura donde se ubica el sagrario y reventaron su puerta. También arrojaron al suelo las formas consagradas y se llevaron el copón, así como el recipiente que porta la luneta de la custodia, donde se deposita la Sagrada Forma. El párroco recuerda que tras los primeros instantes de desconcierto al descubrir la profanación "algunos feligreses buscaron por entre las basuras, a ver si habían arrojado allí a nuestro Señor".
Los delitos de profanación están regulados por el artículo 524 del Código Penal, que castiga con penas de prisión de seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses a aquel «que en templo, lugar destinado al culto o en ceremonias religiosas, ejecutare actos de profanación en ofensa de los sentimientos religiosos legalmente tutelados», entendiéndose profanar como el acto de tratar un objeto religioso o lugar sin el debido respeto o aplicarlo a usos profanos, exigiéndose, en todo caso, ofensa a los sentimientos religiosos.
El art. 524 fue objeto de modificación a través de la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, por la que se aumentó la pena de multa impuesta en sustitución de la de prisión.
En una carta difundida desde la web de la parroquia se anuncian varios actos y oficios religiosos de desagravio y reparación, uno de ellos en fecha por determinar junto al Cardenal Arzobispo de Madrid Carlos Osoro. Asimismo, el párroco Borja Pérez agradece "todas las oraciones por quienes han perpetrado el pecado más horrendo que puede darse" y da "las gracias a todos por uniros a nosotros en estos momentos de desolación".
Fotos: Livin' Las Tablas |
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