lunes, 9 de mayo de 2016

Otro impresionante viaje de Óscar Pintos, esta vez a Dubai y Abu Dabi, donde todo es a lo grande. 5 días, 2 personas, hoteles de lujo... por 925 euros.

VIAJE A DUBAI Y ABU DABI
Texto y fotografías de
ÓSCAR PINTOS

Finales de verano, y como manda la tradición, me hallaba en una típica terracita planeando el próximo viaje “lejano” con mi pareja. Tenía que ser algo diferente, lejano (o difícil de llegar), y mi novia añadió también unas notas de color árabes … ya lo teníamos: una escapada exprés a Dubái. Norwegian acababa de aterrizar en España y ofrecía vuelos a Dubái vía Oslo; pero buscando un poco más, y casi por casualidad, descubrimos también Pegasus Airlines que nos ofrecía un vuelo a Dubái con escala en Estambul, más barato que el vuelo sólo a Estambul; era nuestra oportunidad; así que compramos los vuelos Madrid-Estambul-Dubái-Oslo-Madrid.

Con la brutal cantidad de dinero que nos habíamos ahorrado en los vuelos, decidimos reservar un hotel lujosísimo o realizar una escapada a Omán ó a otro emirato; al final nos quedamos con la opción intermedia: hotel lujoso y escapada a Abu Dabi desde Dubái. Ya teníamos el viaje casi planeado. Faltaba decidir qué ver cada día para aprovechar el tiempo al máximo, saber cómo movernos por allí, cambiar algo de dinero a dírhams y hacer la maleta.

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miércoles, 20 de abril de 2016

Fantástico viaje a Nueva York de nuestro cronista de viajes Óscar Pintos. El viajero que no necesita dormir en la ciudad que nunca duerme. Ésta es su crónica.

VIAJE A NUEVA YORK
Texto y fotografías por
ÓSCAR PINTOS


Ese pequeño mundo, escondido dentro de una gran ciudad de la que todo el mundo habla independientemente de que haya ido o no. La ciudad que nunca duerme, esa Gran Manzana, que a unos les puede resultar apetitosa y a otros despreciable, dulce para algunos o amarga para otros, entrañable o siniestra, …, pero a todos nos resulta indudablemente familiar. Quizás el cine sea responsable de ello en un noventa por ciento; el diez por ciento restante, lo aporta esa misteriosa curiosidad humana acerca de lo que todo el mundo habla.

Y eso fue lo que consiguió ir desdibujando nuestro planning inicial: las habladurías de la gente. “Tienes que ver esto”, “si no entras aquí es para matarte”, “como se te ocurre ir tantos días”, “cómo tan pocos”, “probarás esto”, “y esto otro”, “no me creo que estando allí, no vayáis a ir a este sitio”, “ni a este” … Así que, aunque la planificación de nuestro viaje comenzó como siempre –buscando los vuelos más baratos al destino elegido–, pronto se fue convirtiendo en un caótico collage que precisaba de mucha planificación si queríamos aprovechar el tiempo al máximo.

Así pues, decidimos anotar en un rústico listado nuestro must de Nueva York, rellenando los huecos con lo que nos iba sugiriendo la gente (aunque fuera imposible realizarlo por economía y/o tiempo); finalmente, parecía que no queríamos fallarle a nadie, y decidimos llevar a cabo TODO.

92 días de planificación, más de 200 webs consultadas, 5 guías leídas, decenas de blogs comparados, 176 cafés, multitud de bebidas energéticas y un fuerte dolor de cabeza cabían en una miniagenda viajera de no más de diez páginas y un gran mapa personalizado que estábamos consultando en nuestro vuelo inicial a Londres. ¡¡¡¡Comenzaba nuestra aventura!!!! Contábamos con energías y tiempo suficientes como para llegar andando al cercano pueblo de Crawley; no mucho que ver, algunas compras y vuelta al Aeropuerto de Gatwick, donde comeríamos mientras esperábamos el avión a Nueva York.
Crawley

Vino muy bien eso de la gran caminata hasta Crawley, ya que pronto nos quedamos dormidos al montar en el nuevo avión de Norwegian. Ocho horitas de vuelo, y casi sin darnos cuenta estaríamos sellando nuestros Pasaportes en el JFK de Nueva York. Picoteamos algo y volvimos a consultar nuestros cronogramas horarios mientras descansábamos un par de horas; analizamos bien el sistema de transporte público de Nueva York, y a eso de las dos de la madrugada, tras comprar la Metro Card, nos decidimos a adentrarnos en el submundo que encierra el Metro de Nueva York; viejo y sucio como en las películas, pero más seguro y misterioso de lo que nos esperábamos. En poco más de una hora, estábamos en la mítica Grand Terminal; admiramos sus interiores y salimos a explorar los alrededores: el precioso Edificio Chrysler, el Daily News (en el que se inspiró el Daily Planet para Superman), la Fundación Ford, Tudor City (primer rascacielos de apartamentos residenciales del mundo), y el edificio de la ONU. Si no fuera por el reloj y por los consejos acerca de no llevar muy a la vista las cámaras de fotos, nunca pensaríamos que eran las cuatro de la mañana; pudimos comprobar eso de “la ciudad que nunca duerme”.
Edificio Chrysler


Nos pasamos por la Biblioteca Pública de Nueva York, que en tantas pelis ha salido también (Cazafantasmas, Desayuno con diamantes, El día de mañana, Sexo en Nueva York, …); en ella se encuentra una Biblia de Gutenberg, una carta de Colón, la primera edición de los manuscritos de Shakespeare, y un borrador de la Declaración de Independencia; ¡casi nada!. Bordeamos el Bryant Park (donde los neoyorkinos descansan, toman un aperitivo, toman el sol entre sus horas de trabajo, …, y es que fue el primer parque en ofrecer WiFi), y Times Square para bajar por Broadway y disfrutar así de unas buenas panorámicas del Empire State.  Estaba amaneciendo, lo que nos indicaba que era hora de ir camino hacia la parada de bus; así, desde Herald Square, cogimos la 34 hasta el final, donde nos esperaba un Megabus (empresa baratísima de autobuses con baño, WiFi y otras comodidades) a Washington.

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martes, 16 de febrero de 2016

¿8 días en Islandia, 2 personas y por menos de 800 euros? Nuestro infatigable cronista de viajes Óscar Pintos lo consigue. No te pierdas el relato de su viaje a Islandia, el único país del mundo donde los elfos están empadronados

ISLANDIA. ENTRE HIELO Y FUEGO
1ª Parte
Por ÓSCAR PINTOS

De siempre me fascinaron los países nórdicos, el frío, la nieve, sus gentes, …, pero no fue hasta 2005 cuando conseguí visitarlos; comencé con Copenhague, y actualmente ya van cinco veces en Dinamarca, tres veces en Finlandia, una en Islandia, siete veces en Noruega, una en Groenlandia, tres en Suecia, y una en las Svalbard.

Islandia, siempre fue uno de mis sueños; lo intentamos en 2008 y en 2012, pero el precio final del viaje y algunos otros factores, nos acababan siempre echando para atrás;unos años más tarde, EasyJet anunciaba rutas desde el Reino Unido a Reykjavík; bastaba arriesgarse a comprar los billetes con bastante antelación, y voilà: Mánchester-Reykjavík y Reykjavík-Bristol por poco menos de 60€; ese verano recorrería Islandia; los hoteles eran caros, pero los asientos del coche que alquilamos, muy cómodos y baratos!!!


Recuerdo que era un caluroso 28 de agosto; entre el calor y los nervios, poco pude dormir antes de que sonara el despertador a las 03:00 de la mañana; había que salir hacia Barajas; a las 05:55, puntual, Ryanair salía hacia el aeropuerto londinense de Stansted. Algunas paradas breves en Cambridge, Nottingham –las tierras de Robin Hood– y Sheffield, amenizarían nuestro recorrido hasta Manchester; en su aeropuerto pasaríamos las últimas horas de la noche hasta que, a las seis de la mañana, un nuevo vuelo nos llevara hasta Keflavík, el aeropuerto internacional de Reykjavík.


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martes, 26 de enero de 2016

Segunda y última parte del viaje a Alemania "Baviera en Navidad" de nuestro viajero Óscar Pintos. ¡Qué envidia nos da!

BAVIERA EN NAVIDAD (II Parte)
26/01/2016
Por ÓSCAR PINTOS

“Nächsten Haltestelle: München Hauptbahnhof” ¡Esa es la mía! Estaba muy cansado, y tenía demasiadas ganas de llegar al hotel, por lo que lo normal sería que hiciera el trasbordo a la línea 5 de metro o U-Bahn, como lo llaman aquí, utilizando los pasillos subterráneos creados para dicho propósito, pero era tal mi curiosidad viajera que decidí salir a la superficie.

A lo lejos, podía divisar las luces que mantenían un reñido pulso con la niebla y el humo de los petardos por tratar de iluminar la Karlstor, una de las tres puertas que aún se mantienen en pie con el propósito de recordarnos las fortificaciones medievales que protegían la ciudad antaño. Se intuía el gentío entre decenas de puestos y casetas de madera que se disponían alrededor de una improvisada pista de hielo; el olor a canela y el griterío me iban advirtiendo del tiempo que me tomaría recorrer el tramo peatonal entre Karlsplatz y Marientplatz.

El hecho de avanzar mucho más despacio de lo que a mí me gusta, me permitió admirar la belleza de cada edificio, de cada rincón, cada cervecería, …, pero llaman especialmente mi atención el Palacio de Justicia y el Viejo Jardín Botánico, la fuente central de Karlsplatz (doy fe de que, sin duda alguna, es uno de los lugares de encuentro preferido para los muniqueses), el Museo Alemán de Caza y Pesca, la Bürgersaalkirche, y la Augustinerbräu –uno de los pubs más antiguos de Múnich, en el que aún no caigo en la tentación de hacer un alto para degustar su rica cerveza–.

Prosigo mi camino, deteniéndome en la Iglesia de San Miguel, la iglesia renacentista más grande de los Alpes; resalta en su fachada el conjunto escultórico que ilustra el triunfo del catolicismo sobre el protestantismo [San Miguel luchando con un dragón]. Diviso ahora un andamio, al que se le antoja fastidiarme las fotos de la Iglesia de Nuestra Señora ó Catedral de Múnich, donde aún se conserva la tumba de Luis IV de Baviera.

Karlstor

Por fin llego a Marientplatz, algo así como la Puerta del Sol en Múnich. Tremenda. Preciosa. No sé por dónde comenzar a tirar fotos. Hace frío, es tarde, y estoy muy cansado, pero la alegría de la gente invita a quedarme, y la decoración de la plaza me convence para despojar a mis manos de los guantes y hurgar en busca del “modo noche” que pide a gritos la cámara. Me impacta la Columna de Santa María, erigida en el centro de la plaza en 1638 para celebrar el fin de la invasión sueca; la gran columna está coronada por una estatua de la Virgen María rodeada por cuatro angelitos que simbolizan las victorias frente a la guerra, la peste, la herejía y el hambre.

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miércoles, 13 de enero de 2016

Abrimos sección mensual de viajes con un viajero incombustible y amigo de Las Tablas: Óscar Pintos. Este mes, una visita a Alemania: "Baviera en Navidad"

BAVIERA EN NAVIDAD (1ª Parte)
13/01/2016
Por ÓSCAR PINTOS

Bamberg
¿Quién no ha oído hablar alguna vez de los famosos mercadillos navideños de Alemania? ¿Y de sus cervezas, sus coches, sus salchichas, sus museos? ¿Y de sus pueblecitos recién sacados de algún cuento infantil para entregárselos en bandeja blanquiazul al turista? ¿No es suficiente? Pues también tienen los Alpes, grandes estadios, festivales, impresionantes castillos, …

¿Y en Navidad? Pues durante la época navideña, espolvoreamos algo de nieve con especias y olor a canela, un poco de vino caliente y esa cálida bienvenida del espíritu navideño de sus gentes, lejos del comercial al que los grandes almacenes españoles nos tienen acostumbrados. Así es Baviera en Navidad.

Mapa de Baviera

Claro, y todo eso por poco dinero, ¿no? Bueno, hay opciones para todos los gustos y para casi todos los bolsillos. A mí me encanta viajar, mucho más de lo que la gente pueda imaginar, por lo que mi principal objetivo es visitar el mayor número de lugares y disfrutar de sus diferentes atracciones turísticas, pero es obvio que no puedo renunciar a tres necesidades básicas: cómo llegar, dónde dormir, y qué comer.

El tema de la comida y el alojamiento nunca resultó problemático para mí en lugares con amplias redes de transporte (cómodas estaciones, aeropuertos, noches en buses y trenes, …) y multitud de supermercados más baratos –al contrario de lo que mucha gente cree– que en España. El principal problema viene a la hora de pensar en cómo llegar, problema que aumenta según lo haga la distancia del destino al que quiero ir, volviéndose en la mayoría de los casos, por razones obvias de tiempo, casi obligatorio recurrir al avión como medio principal de transporte.

En este caso, desde Mallorca, Menorca, Ibiza, Valencia, Alicante, Murcia y Málaga tenemos auténticos chollos desde 14.99€ con Ryanair a Nüremberg ó Memmingen. Desde Santiago, Barcelona o Madrid, podemos alcanzar fácilmente Múnich por poco más de 30€ con Vueling, Germanwings o Lufthansa son otras opciones más cómodas, pero también más caras (mayor tiempo de antelación a la hora de comprar el billete), a tener en cuenta.
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