El pucherazo de la partida

NOTICIAS BIODEGRADABLES
Jaime S. Cedro

Últimamente resulta difícil hablar de la Consejería de Educación de Ayuso sin sonrojarse. Aparte de tener a la comunidad educativa soliviantada desde hace meses, marea verde arriba, marea verde abajo, ahora vienen a salvar, como cantaba en los ochenta el grupo de rock Topo, a quien no quiere ser salvado.

Las familias madrileñas de la escuela pública llevan años decantándose por la jornada continua escolar. Es de esos escasos temas educativos donde es tenida en cuenta su opinión, y su opinión es clara: prefieren (masivamente) la jornada continua. Ahí están las estadísticas para el que quiera consultarlas. 

Como las preferencias de las familias madrileñas no coinciden con las de la Comunidad de Madrid ni con las de la Agenda 2030 ni con las de la OCDE, la Comunidad de Madrid cambia las reglas de juego y punto. Eso sí, por el interés superior del menor, porque más del 70% de las familias madrileñas que llevan sus hijos a la pública deben al parecer velar sólo por su interés inferior.

Hasta ahora, para que un CEIP pudiera pasarse a jornada continua, siguiendo un símil futbolístico, la legislación autonómica exigía que ganara consecutivamente tres partidos por 2 a 0. Cualquier cosa por debajo de eso suponía la derrota. Debían ganar 2 a 0 en Consejo Escolar (mayoría absoluta de representantes de padres y docentes), dos a cero en participación en las votaciones (debía votar más del 66% del censo) y dos a cero en voto favorable a la continua (debía apoyarlo más del 66% de los votos). Si en alguno de los tres partidos ganaban sólo por 1 a 0, aunque en el resto arrasaran, a esperar otro año.

Oye, y aún con esas todos los años desde hace más de una década decenas de colegios públicos superaban la eliminatoria. Tantos, que la Consejería de Educación, fiel garante del interés superior de sabe Dios quién, va a tener, para evitarlo, que cambiar las reglas de juego.

La idea de Ayuso es modificar la legislación al respecto y que, a partir del próximo curso, ya no se jueguen partidos. Al menos en los coles que quieran pasarse a jornada continua. Eso desaparece. En cambio, sí se permitirá en esos CEIPS que se han currado su jornada continua con mayorías abrumadoras, un partidillo sin linieres para pasarse a partida, donde con perder 1 a 2 en Consejo Escolar (suficiente con un tercio de apoyos) y ganar por mayoría simple votaciones en las que no se exige participación mínima sea suficiente para conseguirlo. En fin, ganar incluso perdiendo. Ya está por ahí alguna FAPA posicionando AMPAS para dar la sorpresa en El Molinón. 

Los que hemos seguido este tema desde el principio hemos tenido que aguantar día sí, día también, a hooligans de la partida, tanto individuales como corporativos, justificando el rigor de la exigencia del "2-0, tres veces" porque se trataba de un tema muy sensible donde al involucrar a menores había que aplicar criterios garantistas mediante mayorías cualificadas rigurosas. Ahora, sin solución de continuidad, estos mismos demócratas a tiempo parcial donde decían digo dicen Diego y andan tan contentos por sus corrillos con este nuevo formato de Champions League en el que juegan dos equipos, uno tiene prohibido ganar y el otro gana perdiendo. 

En términos futbolísticos, se llama pucherazo. O tongazo, a elegir. En el lenguaje biensonante y vacuo de la Consejería de Educación, se trata de "incrementar la capacidad de elección de las familias" quitándole a las familias la capacidad de elección. 

Qué cosas.

©JaimeCedro

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