Como ya informamos hace unos meses, el camino que da acceso a la conocida como montaña de Las Tablas, paralela a la calle Portomarín, se encuentra en un estado lamentable y ya empieza a suponer un peligro para ciclistas y viandantes.
Se trata de la pista de tierra que asciende desde el Anillo Verde Ciclista a la altura de la intersección entre Portomarín y Sobrado, muy cerca del edificio de Lantania, una senda frecuentada por los vecinos de Las Tablas y que presenta una grieta longitudinal de más de un metro de profundidad que ha aumentado con las últimas lluvias caídas en el barrio.
La formación de esta grieta es consecuencia del vertido de aguas pluviales procedentes de un colector de aguas bajo la M-40 que deriva directamente el cauce recogido sobre el camino de subida, lo cual ha provocado la formación de grietas en el terreno de hasta un metro de profundidad y más de veinte metros de longitud, en una zona de paso de ciclistas y paseantes.
Además del deterioro en esta vía de tierra, una parte de las aguas procedentes de ese colector desembocan en el Anillo Verde Ciclista, donde depositan todo tipo de sedimentos y en algunas ocasiones lo hacen impracticable.
Las lluvias de esta última semana han reblandecido aún más el terreno y se pueden apreciar desprendimientos de secciones de calzada que en algunos casos llegan casi hasta el centro del sendero y que estos días puede entrañar ciertos riesgos al encontrarse algunos tramos semi ocultos por la vegetación, con el peligro añadido de que se produzcan nuevos desprendimientos al paso de ciclistas o viandantes.
Se da la circunstancia de que el Ayuntamiento de Madrid realizó labores de reforestación en esta misma zona a comienzos de otoño de 2020, asistiendo Borja Caravante, delegado del Área de Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, a un acto simbólico de replantado de esquejes a pocos metros de esta pista de tierra. /
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