Todas las legislaturas son especiales, pero el próximo domingo comienza para Las Tablas una especialmente relevante por los desafíos y las urgencias a los que se enfrenta como barrio.
Ya han pasado cerca de dos décadas (casi una generación) desde que entre grúas, mudanzas, muchas esperanzas y no pocos desencantos el PAU de Las Tablas empezara poco a poco a cobrar vida. A día de hoy son casi más los hijos nacidos en el barrio que los padres que se mudaron a él, lo cual siempre es un buen indicador de salud demográfica. Para muchos de nuestros hijos Las Tablas es su hogar, sus orígenes, su presente y el contexto de sus futuros recuerdos.
Después de estos últimos veinte años, las elecciones Municipales y Autonómicas de este domingo vienen a recordarle a muchos vecinos, entre el hastío y la resignación, el cúmulo de promesas incumplidas durante todo este tiempo por parte de los gobiernos que han tenido en sus manos la posibilidad de convertir este barrio en lo que muchos de los que nos mudamos aquí a principios de siglo creíamos que podía llegar a ser.
A pocos "tablenses" se les escapa la existencia de partidos que, cuando llegan al poder, relegan los intereses de Las Tablas en sus agendas porque entienden que no cumplir las promesas apenas les supone menoscabo electoral. Otros, cuando pierden, demonizan al "egoísta Madrid de las piscinas" en las primeras mitades de las legislaturas, para simular empatía con sus habitantes cuando se aproximan elecciones.
Convertir lo que en puridad no dejan de ser tareas de mantenimiento (operación asfalto, desbroce de parcelas...) en éxitos políticos de los que hacer bandera de legislatura resulta cuanto menos desconcertante, así como también lo es presumir de haber traído a Las Tablas equipamientos tan poco decorosos como los barracones culturales, la tercermundista Pista de Skate o un puñado de fuentes de agua. Y todo ello mientras Las Tablas se mantiene, año tras año, como uno de los barrios con mayores aportaciones a la hucha fiscal de todo Madrid.
Mañana publicamos los resultados de la encuesta de intención de voto que Livin' Las Tablas ha mantenido activa desde principios de mes y todo apunta a que el próximo gobierno municipal, al menos en lo que respecta al voto en Las Tablas, volverá a recaer en alguno de los dos partidos que ya han llevado las riendas del consistorio en los últimos diez años. ¿Más de lo mismo?
Retos ineludibles
A Las Tablas, entre la dejación y el olvido de los poderes públicos, le crecen los problemas. Uno de los principales serán las próximas actuaciones urbanísticas de Madrid Nuevo Norte, que por las dimensiones del proyecto y la duración prevista de las obras pondrán el barrio "patas arriba" durante varios años y modificarán tanto la configuración como, probablemente, la identidad de Las Tablas. Unas "macroobras" que, por alguna razón, no despiertan recelo ni matices entre las estructuras con intereses políticos o sociales en el barrio, actitud que contrasta con el activismo y las movilizaciones en contra que han despertado en el vecino Sanchinarro unas modificaciones viarias sustancialmente menores, como son las de la plataforma prioritaria Bus Rapid.
Otro de los retos a afrontar es el cada vez mayor peso demográfico de los adolescentes, con carencias endémicas tanto en equipamientos y ofertas educativas como culturales, deportivas y de ocio. Subsanar esta situación no es algo postergable.
También se mantiene desde hace tiempo el clima de inseguridad que se percibe en horario nocturno en determinadas partes del barrio, como parques públicos, accesos al Metro de Las Tablas y apeadero de Palas del Rey. Es una situación que afecta especialmente a los adolescentes, que siguen sufriendo robos y vejaciones sin que de momento las medidas de control y vigilancia de las fuerzas de orden público hayan conseguido mucho, más allá de evitar los problemas mientras ellos están presentes. La batalla por el control de Las Tablas a manos de bandas latinas sigue ahí, como telón de fondo. Urge una solución.
La construcción de la prometida Biblioteca/Centro Cultural está en punto muerto; se mantienen los puntos negros del viario con elevada frecuencia de accidentes; continúa el deterioro y semi abandono por parte de las autoridades de equipamientos deportivos básicos o parques infantiles, que no aguantan la comparación con los existentes en otros barrios vecinos.
También resulta destacable la falta de promoción de cultura de asociacionismo entre los vecinos de Las Tablas en la defensa de sus intereses comunes, con un tejido asociativo escaso y poco representativo que deja muchas decisiones importantes para el barrio al albur de los poderes públicos y empresariales.
Con el verano a la vuelta de la esquina y sabiendo que Las Tablas se convertirá un año más en un secarral impropio de un municipio que presume de ser Ciudad Arbórea del Mundo, tal vez fuera el momento de que los próximos poderes públicos empezaran a pensar en revertir esta situación y, entre otras medidas, dotaran alguna de las numerosas plazas y rotondas del barrio con fuentes o estructuras similares de agua, tal y como han hecho (para uso propio) en la Ciudad de la Comunicación de Telefónica y ya se hace (para todos) en otros municipios con menor población que la del distrito de Fuencarral - El Pardo.
Aunque pueda parecer un tema menor, la exigencia de implicación con el barrio a las numerosas multinacionales que mantienen sus sedes sociales en Las Tablas también es una asignatura pendiente en la gestión municipal. Disfrutar de un enclave estratégico de Madrid para ubicar miles de trabajadores externos, con las molestias (especialmente en movilidad) que suponen para sus habitantes, no puede venderse como un valor añadido para el barrio, más bien al contrario. Algunos mantienen aún en el recuerdo, en plena borrasca Filomena de 2021, cómo alguna de estas multinacionales, que disponía in situ de la maquinaria para retirar el hielo que mantuvo intransitables muchas calles durante semanas, limitó su uso a hacer accesibles las entradas a sus instalaciones. O cómo algún edificio de oficinas que se ilumina en días especiales lo hace a pleno rendimiento hacia la autovía A-1 y a "medio gas" hacia el barrio. Toda una declaración de intenciones.
Por último, y sin ánimo de ser exhaustivos, resulta decepcionante para los vecinos la lentitud con la que se gestiona la construcción de equipamientos públicos ya iniciados, así como la deficiente gestión de zonas verdes y arbolado tanto en los parques como en las laderas sin urbanizar que corren paralelas a la calle Portomarín. Unas laderas que, si se miran en sus equivalentes de Sanchinarro (donde ya hace años se habilitaron como parque), no pueden por menos de avergonzarse.
No son los únicos problemas de Las Tablas y cualquier partido que se alce con la alcaldía de Madrid y la presidencia de la Junta de Distrito Fuencarral el Pardo tiene trabajo por delante para revertir un panorama que, a fecha de hoy, atrapados en el aburrido juego tacticista de los intereses políticos de unos y otros, no se antoja muy esperanzador. /
Totalmente de acuerdo, pero o la gente se moviliza de verdad o ningún partido político va a venir a cambiarlo. Vendrán cada 4 años a hacerse la foto y a decir lo bien que lo hacen...
ResponderEliminarMuy bien explicado. Y una pena de realidad. Aprovechemos las elecciones para hacer ver el descontento.
ResponderEliminarMagnifico articulo.
ResponderEliminarFelicidades al autor.
Un buen artículo. Enhorabuena.
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