Esta drástica medida se toma después de que, como ya informamos aquí el pasado mes de diciembre, se instara a la empresa Lactalis a retirar varios lotes de fórmulas infantiles asociados a un brote de salmonerosis en niños menores de seis años en Francia.
Sin embargo, lo que parecía un problema controlable, la mala gestión de la empresa y de las cadenas de distribución lo han convertido en un escándalo nacional, sobre todo después de que los controles antifraude efectuados por las autoridades francesas detectaran con posterioridad que parte de los lotes sospechosos se seguían comercializando en al menos 30 grandes superficies del país (Leclerc, Auchan, Carrefour, Intermarché y Casino, entre otros), 44 farmacias, 12 hospitales, 2 guarderías y 3 mayoristas.
Por si no fuera suficiente, el problema ha traspasado fronteras: se conoce al menos un caso de salmonerosis relacionado con Lactalis en España (a través de una muestra gratuita facilitada por un servicio de pediatría en el País Vasco) y otro que se está investigando en Grecia.
La alarma social en Francia es de tal magnitud que ha obligado al responsable de la empresa, Emmanuel Besnier, uno de los empresarios más enigmáticos del país, a conceder su primera entrevista como dirigente de la empresa en veinte años.
La lista de productos de Lactalis que según el Ministerio de Sanidad francés no deberían estar en el mercado (ya retirados o en proceso de retirada) procedentes de la fábrica de Craon se pueden encontrar en este enlace (en inglés).
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