Alicia G.
Ni dos semanas llevo de vuelta en Las Tablas (benditas vacaciones) y ya estoy buscando en Idealista acomodo lejos de este barrio que cada vez me cae peor. He mirado de todo, desde la lejana Guadalajara a Tres Cantos. Hasta he buscado en Colmenar Viejo o Chinchón, que me caen bien y no sé por qué. También he echado un ojo en Paracuellos del Jarama, que tiene algunos chalets chulos. Y tirando la razón por la ventana, también me he planteado Los Ángeles de San Rafael, esa cutre colonia atlética de Jesús Gil en Segovia o, ya puesta, en ese remanso de mosquitos que hay en Lo Pagán. Pero nada me convence, y lo que me convence es imposible. Cuando viajas la vida con niños, aunque tengas teletrabajo, las cosas se complican sobremanera.
Así que nada, daremos por bueno este barrio un año más, espero que el último. Haremos como que no ha pasado que la primera noche tras las vacaciones una caterva de adolescentes encontrara sentido a la vida esparciendo por las calles el contenido de papeleras y contenedores desde el metro hasta el Supercor. O que un señor que no era de Cuenca le partiera un vaso en la cara a su compañero de mesa en la terraza del bar bajo mi cocina. O que en el hipermercado alemán que me dice que cuantos menos kilómetros haga, mejor para el planeta, un maleducado prepotente pusiera a las cajeras a caer de un burro porque no se abrían las barreras para el coche a su paso. O que en otro hipermercado, el de al lado de casa, la oferta de algo que cuesta cuatro si compras tres te lo dejan a quince. O que los perros del vecino sigan ladrando como si no hubiera mañana cuando los dejan solos y a su dueño le dé igual que lo hagan a ocho centímetros y medio de tabique hueco al otro lado del cabecero de mi cama. O que contra toda ley de oferta y demanda, lo que en la costa de Almería me ha costado un corte de pelo con extensiones aquí me cueste cinco veces más y me dejen peor.
Se lo he dicho a mi amiga Petri, amante del barrio, y me dice que no me queje que no voy a encontrar nada mejor. Y yo, mientras sorbo por la pajita el cóctel de ron y manzana a nueve pavos, la miro y lo flipo. /
©AliciaG
