El sentido de la vida

LA COLUMNA DE ALICIA
Alicia G.

Pues aquí estoy, embozada como Guy Fawkes y armada con un aerosol Montana Hardcore de color azul que cuesta ocho pavos. Al menos si alguien me ve en esta explanada, a las once de la noche junto al muro del túnel del carril bici, no me conoce ni de coña.

Y es que mi hijo el negacionista ya ha salido de su aislamiento a lo hikikomori en su habitación, doce días ha estado el tío cuando yo le daba como mucho doce minutos. Y luego dicen que a los chavales les falta constancia. Se ha plantado en el salón en mitad de un episodio del Padre Brown y me ha dicho que esta noche llena el barrio de graffitis. Pero donde vas, alma de cántaro, pienso, aunque no se lo digo porque está muy susceptible y no quiero discutir ahora que ha vuelto a la vida. Al menos que se cambie de ropa antes.

En lugar de lo del cántaro le he dicho alegremente pues me voy contigo, y aquí estoy, bajo una capucha negra que me llega hasta la nariz resaltando en azul fosforito los contornos de las letras que escribe en negro mi retoño sobre el muro de Renfe. Ni de joven hacía yo estas cosas, pero una madre es una madre y entre un virus y perder a un hijo no hay color. 

Por cortar el hielo le he preguntado que si esto que hacemos se llama grafitería o grafiterismo y cuantas efes lleva, y me ha mirado torvo. Tampoco me ha dejado escribir nada, dice que mi caligrafía de monjas carmelitas no pega. Cuando, aburrida, he intentado pintarle tirabuzones al graffiti de un pato gigante que había al lado me ha gritado que si estoy loca.

Tampoco creo que estemos haciendo nada malo. Yo esperaba groserías, pero se ha limitado a escribir Clapton Is God con letras psicodélicas que parecen salidas de un dictado de pitufos. También La Nueva Normalidad Es La Vieja Sumisión, y ahí me he manchado el vuelo de la falda al resaltar la jota de vieja. Me dijiste que esto no salpicaba, le grito, pero me ignora. Por último, una parrafada con algo así como El Miedo Mata La Prensa Miente y bla bla bla, y ahí me he quedado sin aerosol. Pues sí que dura poco este trasto, le digo. Entonces mi hijo me ha mirado, me ha sonreído con complicidad y he pensado que ese era uno de esos momentos por los que merece la pena vivir.

Ya nos íbamos a hurtadillas cuando he visto pasar hacia el túnel a la vecina del quinto, la que tiene tres hijos y su marido trabaja en el Metro, de la manita con un tipo trajeado que no conozco. 

Una noche redonda, sin duda. /

©AliciaG

EL TIEMPO EN LAS TABLAS

El tiempo - Tutiempo.net

EL AIRE DE MADRID

NIVEL DE LOS EMBALSES

FORMULARIO DE CONTACTO

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

CARTELERA DE CINE

TRÁFICO EN LAS TABLAS

CALIDAD DEL AIRE EN EL BARRIO