Alicia G.
Yo sé que lo hace aposta, el tocapelotas este. Me está viendo que estoy en la cama con un gripazo del quince y viene a soltarme el rollo, y todo porque me estoy tomando el caldito de pollo receta de la abuela, con cuatro gotitas de limón, que resucita a un muerto.
Según mi hijo el negacionista debería hacer caso a los expertos y dejar de seguir estos métodos tradicionales que carecen de base científica y no están respaldados por estudios rigurosos. Se ha sacado del bolsillo el iphone, que para esto no parece tan negacionista, y me ha enseñado no se qué de la última campaña contra las pseudociencias del Ministerio de Sanidad.
Mira mamá, aquí sales tú, dice el cabroncete, mientras me pone frente a los ojos la imagen de una señora con cara de imbécil disfrazada de girasol y con un texto encima que pone A Marisol, a Marisol, le duele el corazón, y su suegra le ha dado gotitas de limón. En cuanto me recupere le parto la cara.
Luego otro con la cara de un tipo despeinado que parece la yema de un huevo y el texto A Curro, a Curro, le duele la garganta, su vecino le ha dado una bufanda blanca. Y luego me ha intentado enseñar otro, pero cuando me ha visto ademán de tirarle el caldito a la cara se ha retirado prudentemente.
Que sepas, mamá, que será popular, pero no es ciencia. Haz caso a los expertos, me dice con esa sonrisilla torcida que me pone de los nervios. Le echo de la habitación.
Al menos me ha dejado El País en la mesita para entretenerme. Lo cojo y veo que es de septiembre, y en la página por la que está doblado leo: Los expertos aseguran que llega a España un otoño más seco y cálido de lo normal.
Traguito de caldito y a dormir.
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